El ser humano es
capaz de amar. El amor no es cualquier cosa, es algo tan poderoso e
indescifrable que no merece y no puede ser reducido una sola posibilidad, una
variante definida por el género de cada individuo. Nosotros ya hemos ido más allá
de la cuestión de preservar la especie: seres humanos distintos entre sí (que
normalmente en la naturaleza pensarían en sobrevivir y nada más) sintiendo
atracción y afecto por otro que va más allá de su persona, en una conexión
invisible pero innegable. Será sensato que, si pensamos así las cosas,
comencemos a amar personas completas en vez de amar imágenes o estereotipos. La
riqueza de la diversidad sexual nos abre el panorama de lo que realmente es
eso, sólo reconociéndola seremos capaces de ir más allá la intensión instintiva
de reproducirnos; sólo así entenderemos que el género no importa en lo absoluto.
El hecho de amar se vuelve entonces algo más sublime y maravilloso.
Recordemos por un segundo que el mundo existe antes que los seres humanos.
Al llegar nosotros y tener entendimiento de lo que ocurría a nuestro alrededor,
comenzamos a preguntarnos el porqué de las cosas. Fuimos nosotros quienes
realmente empezamos a darle significado a todo lo que nos rodea, a darle un
valor. Pero también entendamos que definir es limitar, y limitar también puede
ser cancelar posibilidades, discriminar, rechazar, odiar… Dejemos de poner
etiquetas e identifiquémonos como los seres humanos que somos. Seamos
simplemente eso, humanos. Maravillémonos de la variedad que existe dentro de nuestra
propia individualidad, y por qué no, también de nuestra colectividad.
Hoy intentemos retirar por un segundo la venda de nuestros ojos, intentemos
dejar de un mundo en blanco y negro, como suele verse. Creo firmemente que la
“realidad” que intentamos imponerle a otros no existe; sino que cada quien es
un microcosmos con su propia verdad acerca del mundo. Abramos
nuestros ojos y cambiemos los colores de la vida. No debemos desaprovechar la
oportunidad de conocer la vida desde otras perspectivas. Sólo así entenderemos y
toleraremos de una mejor manera todo lo que nos rodea. ¿Por qué rechazar lo
diferente a ti si todo lo que hay lo es?
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